La montaña más emblemática de Cataluña se llama Montserrat. Localizada a una hora en coche desde Barcelona, es reconocida por sus caprichosas formas, que son el resultado del proceso geológico y geomorfológico de millones de años. También por ser uno de los referentes espirituales catalanes.

En la cara oriental, a más de 720 metros de altura, acoge un espectacular monasterio benedictino con una comunidad de 80 monjes, que dedican su vida a la oración, la acogida y el trabajo. Cada año miles de peregrinos de todo el mundo visitan este icono religioso que, a lo largo de la historia, también ha jugado un papel principal como centro de divulgación cultural.

Otro de los motivos para acercarse hasta Montserrat es por su coro de niños cantores. Escuchar a la Escolania de Montserrat, uno de los coros más antiguos de toda Europa, es un espectáculo que emociona.

Vinos al abrigo de Monsterrat

Al abrigo de esta montaña surge una de las regiones con más tradición vinícola, la Denominación de Origen (DO) Pla de Bages. Ya en el siglo X, los monjes del monasterio de Sant Benet de Bages, de estilo románico y fundado el año 972 por una pequeña comunidad de 12 monjes benedictinos, producían vino. En esta DO, se cultiva una variedad autóctona de uva, el picapoll, que da lugar a vinos blancos afrutados, de un color amarillo brillante y ligero.

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