Cataluña apetece

Saborear la gastronomía catalana es hacer un recorrido por los paisajes, las tradiciones y el saber de todo un pueblo. Arroces, asados, embutidos, dulces… Todos estos platos hablan de la historia del territorio, de las costumbres de la gente y de la vida presente y futura. ¡Pruébalos!

Cataluña es un país hecho de recetas. Viajar por su geografía también es probar los sabores que te propone, que te ayudan a entender la auténtica esencia de la tierra que pisas. Los suquets y los ranxos son un paseo por las playas y los roquedales de la costa; las cazuelas y los arroces te transportan a las huertas y las norias; los guisos y los asados tienen aires de montaña y las setas y las trufas, aromas silvestres.

La variedad de ingredientes y materias primas de la tierra es la base de una cocina única. Desde los cereales autóctonos, los panes de payés, los arroces de Pals y el Delta y los quesos de pastor hasta la infinidad de variedades de judías y garbanzos, las hortalizas, las setas, las carnes de caza, los frutos del mar y los aceites de oliva. Todos y cada uno de estos productos singulares conforman un patrimonio agroalimentario incomparable y probarlos te acercará al trabajo de todos aquellos que comparten esta pasión: campesinos inquietos, artesanos intrépidos, pescadores dedicados, viticultores comprometidos e incluso cocineros de renombre internacional.

Los sabores de Cataluña son el legado de la cocina doméstica de todo el país, pero también se han forjado en los restaurantes de alta cocina, que quieren proyectarlos al mundo. Provienen de las bodegas, de las granjas y los corrales, de las almazaras y los molinos, de los pequeños obradores y de las ferias y los mercados, también. Por eso, degustar es andar y conocer hasta los rincones más insólitos del territorio.

Tradición vinícola en la sangre

Si de algo se impregna el ADN de Cataluña es del vino. No hay duda de que somos un país de viña y de tradición viticultora. Grandes y pequeños productores abren las puertas de sus bodegas para que conozcas de cerca su trabajo, estos últimos años especialmente centrado en recuperar y reivindicar variedades autóctonas y respetar al máximo el paisaje y el entorno.

El enoturismo es una de las grandes apuestas de Cataluña. Te permite descubrir el interior de bodegas monumentales y catedrales del vino modernistas mientras pruebas sus variedades y te empapas de los conocimientos de propietarios y enólogos. Las bodegas ofrecen multitud de actividades para descubrirte sus vinos conociendo el territorio: puedes tomar un trago entre viñedos silvestres, probar la antigua cocina de una masía centenaria, adentrarte en refugios antiaéreos de la Guerra Civil que ahora son cavas de guarda o compartir una comida de vendimia en una cabaña de piedra seca de más de 100 años, por ejemplo.

Y eso no es todo. Hay multitud de tradiciones y eventos en el país que giran en torno al vino. Puedes vendimiar durante unos días y participar en esta fiesta milenaria, bailar en los festivales de música que se celebran en bodegas, disfrutar de recitales de poesía ante prensas del siglo XVI o divertirte con la familia recorriendo un viñedo en una yincana infantil. Hay opciones para todos los gustos, y nunca mejor dicho.

La esencia mediterránea

Un camino similar ha seguido el mundo del aceite. El interés y el esfuerzo para recuperar variedades locales y de máxima calidad ha llevado al sector del aceite de oliva a su mejor momento. Argudell, vera, palomar, corbella o fraga son algunas de las variedades que han ampliado la paleta de sabores más allá de la arbequina y han dado todavía más calidad al sector. Lo puedes descubrir a través del oleoturismo, que te abrirá las puertas a paisajes rurales y tradiciones de lo más antiguas.

En definitiva, para explorar Cataluña no te hace falta ningún mapa ni guía. Basta con el recetario. Este te llevará donde desees, tanto si buscas calma y aislamiento en la naturaleza como si te interesa más la arquitectura moderna, los sabores populares o las creaciones de vanguardia. Vayas donde vayas, Cataluña brinda siempre alrededor de la mesa momentos memorables para todo el mundo.