L’Escala, anchoas y un legado grecorromano

La espectacular bahía de L’Escala ha sido a lo largo de los siglos la puerta de entrada desde el Mediterráneo de civilizaciones lejanas. Aquí se instalaron los griegos y los romanos, tal como evidencia el yacimiento arqueológico de Empúries.

Este impresionante paraje de la Costa Brava es un recordatorio del pasado de la villa y también el único yacimiento de la Península donde conviven los restos de una ciudad griega con los de otra romana. En este espacio se pueden realizar visitas teatralizadas para adentrarte en su historia.

Las letras y la literatura también forman parte de la herencia cultural de L’Escala. Aquí nació la escritora Caterina Albert, conocida como Víctor Català y autora de la novela Soledad (1905), considerada una de las obras literarias capitales del modernismo catalán. A través de una ruta literaria se pueden visitar su casa natal en el Alfolí de la Sal y otros lugares que inspiraron su obra.

Paseando por las calles de L’Escala la tradición marinera te acompaña durante todo el recorrido. Desde el paseo marítimo hasta playas como la de Montgó, que todavía conserva la torre de defensa construida en 1598 por orden del rey Felipe I para proteger a la villa de los piratas. Esta torre ofrece unas magníficas vistas de L’Escala, Sant Martí d’Empúries y la bahía de Roses.

Después de disfrutar de las playas, el litoral y el legado histórico, L’Escala invita a sus visitantes a descubrir otro tesoro, en este caso culinario: las anchoas. Son uno de los productos más preciados de la gastronomía marinera catalana. De fama internacional, tienen su propio museo ubicado en el antiguo matadero. No puedes irte de l’Escala sin probar esta delicia que se elabora artesanalmente desde hace 2.500 años.