Verbena de San Juan y bajada de fallas

En toda Cataluña, la noche del 23 al 24 de junio se celebra la Verbena de San Juan, un acontecimiento que une la fiesta de San Juan con la noche más corta del año. En esta noche mágica se celebra el solsticio de verano, que es dos días antes: el 21 de junio.

El origen de la celebración de la noche de San Juan se remonta a mucho antes de la aparición del cristianismo. En esta fiesta colectiva se exalta el culto al sol y a la vida e invita a disfrutar de los largos días del verano. El fuego y el agua protagonizan los rituales típicos de esta fecha: saltar sobre las hogueras para asustar a los malos espíritus, bañarse por la noche para purificarse, o bien, como se hacía antiguamente, coger hierbas medicinales, puesto que en esta fecha están en proceso de floración y es el mejor momento para recolectarlas. Los cohetes, los petardos y la coca de San Juan son también habituales en esta fiesta.

En los Pirineos de Cataluña, las bajadas de fallas son una tradición festiva milenaria que se celebra durante el solsticio de verano. Se celebran en varias poblaciones como Boí, Casós e Isil durante los meses de junio y julio y están consideradas Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la Unesco.

Los fallaires, vecinos del pueblo, bajan de la montaña en dirección al pueblo con unas fallas o teas encendidas. Según la tradición, el descenso del fuego servía para purificar los campos y los pueblos y preservarlos de los malos espíritus. Una vez los fallaires llegan a la plaza del pueblo encienden una gran hoguera con las fallas. Todo el pueblo celebra la jornada con coca, vino y danzas tradicionales.

Las poblaciones de Les y Arties, en la Val d’Aran, celebran la verbena de San Juan con las fiestas de eth Haro y eth Taro, respectivamente. En estas poblaciones el solsticio de verano marcaba el inicio del ciclo productivo, se sembraban las tierras y se subían los rebaños a la montaña. Este ritual se realizaba para garantizar la subsistencia del pueblo y consistía en prender fuego a un gran abeto de 8 a 10 metros, el haro o taro, situado en la plaza mayor. Ahora, después de encenderlo, todo el pueblo disfruta de la fiesta y los bailes tradicionales al calor de la hoguera.