El paraíso marinero y las habaneras de Calella de Palafrugell
Escuchar una cantada de habaneras en la playa de Port Bo de Calella de Palafrugell, delante del mar y de las casas de los pescadores, es uno de los mayores placeres que puedes disfrutar en este rincón de la Costa Brava. Este encuentro de referencia del mundo de las habaneras se celebra, desde 1966, cada primer sábado de julio.
Esta Villa Marinera representa la esencia del Mediterráneo, con sus casetas de pescadores coloreadas y pequeñas calas tranquilas bajo acantilados y pinares. De hecho, su origen como pueblo de pescadores ha dejado un legado marinero en forma de torres de vigilancia que los antiguos aldeanos construyeron para defenderse de los piratas.
Pasear por el conjunto histórico del Port Bo y Les Voltes —una calle porticada con grandes arcos delante el mar que une antiguas casas de pescadores— es una actividad muy recomendable. Durante la ruta puedes visitar la iglesia de Sant Pere, del siglo XIX, y casas singulares, como la Casa Rocamora, situada sobre las rocas, y la Casa Sagrera, de estilo neoclásico
La figura de Josep Pla, hijo de la villa, es la protagonista de la oferta cultural de Calella de Palafrugell. Visita la Fundación Josep Pla, situada en la casa natal del escritor en Palafrugell. El centro promueve el conocimiento de su obra a través de visitas guiadas, conferencias, exposiciones y talleres. La tradición corchera también está ligada a la vida cultural de la villa. Además de visitar el Museo del Corcho, puedes acercarte a la Fundación Vila Casas, situada en una antigua fábrica de corcho, para descubrir pequeñas joyas de la escultura contemporánea catalana.
Otro lugar para pasar una jornada a la vera del mar es el Espacio Natural Protegido del Castell de Cap Roig, que cuenta con un jardín botánico con más de 1.000 especies botánicas y lleno de esculturas de artistas contemporáneos como Jaume Plensa o Xavier Corberó. Aquí encontrarás también un castillo de estilo neomedieval que imita el monasterio de Poblet y unas vistas espectaculares al pequeño archipiélago de Les Formigues.
Como Vila Marinera, Calella de Palafrugell ofrece una variada oferta de deportes acuáticos, entre los que destacan el snorkel y el buceo. Su litoral, caracterizado por sus grandes paredes rocosas llenas de gorgonias —también conocidas como abanicos de mar — es todo un espectáculo visual para disfrutar bajo el agua. También puedes hacer el camino de ronda que va de Llafranc a Cap Roig. Es un agradable paseo a la orilla del mar que te descubre la Playa del Golfet, de arena gruesa y vegetación exuberante.
En las mesas de los restaurantes de cocina marinera de la villa, saborea una garoinada, un plato de erizos de mar acabados de pescar. Esta delicia se come en invierno y es muy típica de la Costa Brava. Si visitas Calella de Palafrugell durante el verano, anímate a participar en las numerosas actividades que se organizan durante la fiesta mayor en honor a la patrona, santa Anna, que se celebra el 26 de julio. Y sobre todo, no te pierdas la cantada de habaneras que se celebra el primer fin de semana de julio.