La esencia de la Costa Brava

El punto de partida es Girona. Desde allí te adentrarás en la Costa Brava, en la comarca de L’Alt Empordà, para recorrer un territorio que cautiva por su paisaje de interior y de costa. Descubrirás el triángulo daliniano, con la visita al Castillo Gala Dalí de Púbol, la Casa Salvador Dalí-Portlligat y el Teatre-Museo Dalí de Figueres. Te relajarás en un spa donde el vino es el protagonista y conocerás la herencia histórica de la región en localidades como Serinyà, Besalú, Ullastret y Sant Martí d’Empúries.

Día 1: Enamórate de Girona

“Girona, m’enamora!”, reza la letra de una popular sardana catalana. Tu también sentirás un flechazo similar al de su autor cuando llegues a la capital de la Costa Brava. Girona hay que descubrirla a conciencia y saborearla paso a paso. En ella empezamos nuestro primer día de ruta. Seguro que en otras ciudades, el paseo a pie ha sido tu opción más habitual para visitarlas. En Girona tienes una nueva opción para recorrer el centro histórico: subido en un segway. Después te espera un recorrido teatralizado por el Call Jueu, el antiguo barrio judío de la ciudad. Puedes concluir el día ejerciendo de chef en un taller de cocina. En él te harán una aproximación al recetario típico de la Costa Brava y al final podrás degustar tus creaciones culinarias.

Museo de Història dels Jueus, Girona. Patronat de Turisme de la Costa Brava / Òscar Vall

Museo de Història dels Jueus, Girona. Patronat de Turisme de la Costa Brava / Òscar Vall

Día 2: Ullastret, donde el tiempo se detuvo en la Edad Media

Llegó el momento de adentrarse en la Costa Brava. La primera parada es el Castillo Gala-Dalí en Púbol. Salvador Dalí materializó su creación artística en este castillo medieval pensando en una sola persona, Gala. Tenía una única función: crear un lugar apropiado para ofrecer descanso y refugio a su esposa.

De Púbol puedes ir al pequeño Ullastret. Zigzaguea por las estrechas callejuelas del núcleo medieval protegidas por las murallas. Sin quererlo tu imaginación volará y te hará sentir como un caballero del medievo. De Ullastret no te vayas sin degustar el requesón de Ca la Nuri elaborado con leche de cabra. Son auténticos artesanos. Su propietaria, la Nuri, prepara el requesón desde 1972. Es tan fresco que te lo has de comer antes de cinco días.

Tu siguiente y última cita del día es con las estrellas en el Observatorio Astronómico de las Gavarres, situado en el Santuario dels Àngels de Girona. Pretende acercar el mundo de la astronomía y la observación gastronómica a todos los púbicos. En los meses de verano organizan la Noche de las Estrellas: te guían en la observación del firmamento de Les Gavarres y, si quieres, puedes quedarte a cenar.

Día 3: Pals es tierra de golf y arrozales

Las dos primeras jornadas han sido intensas, ¿te apetece una pausa? El plan para hoy es relajado. Coge los palos de golf y acércate al club Golf Platja de Pals, el campo más antiguo de la Costa Brava. Gracias a su concepción y esmerada construcción, está considerado como uno de los 100 mejores de Europa. Tras practicar el swing, ¡no pierdas el tren! Con la ruta El Xiulet recorrerás en trenecito los humedales y arrozales de Pals. Esta es tierra de arroz, su cultivo ha marcado la cultura y el paisaje de la región.

Por la tarde te espera un poco de senderismo por la cala Sa Tuna, Aiguablava y Begur siguiendo el camino de ronda. El trayecto ofrece una panorámica espléndida de la costa de Begur más salvaje y más virgen, especialmente desde el Mirador de Sant Josep. Si eres un amante del vino, en lugar de recorrer la vía brava, puedes participar en el taller de maridaje de vino y platos típicos de L’Empordà que organiza la bodega Mas Oller.

Día 4: Carpe Diem en Sant Martí d’Empúries

Que la Costa Brava tiene unos paisajes espectaculares seguro que ya lo sabías pero, ¿conoces el paraíso que esconde su fondo marino? Pues hoy lo vas a descubrir haciendo una ruta de submarinismo por los túneles de les Illes Medes. Estas islas forman un diminuto archipiélago plagado de cuevas ricas en coral rojo y extensas praderas de posidonias. Se trata de una propuesta respetuosa con el medio ambiente y que pretende minimizar el impacto en el fondo marino.

Banco de gorgonia roja en el fondo de coral de las Illes Medes. Agència Catalana de Turisme

Banco de gorgonia roja en el fondo de coral de las Illes Medes. Agència Catalana de Turisme

Para la siguiente propuesta no abandonamos el mar. ¿Te apetece recorrer a nado la vía brava que une L’Escala y Planasses? Estos itinerarios, que transcurren paralelos a los caminos de ronda de la Costa Brava, están señalizados y balizados para disfrutar del litoral desde el mar de forma segura. El recorrido tiene más de un kilómetro que puedes recorrer en un tiempo de entre 18 y 30 minutos. Si necesitas hacer un alto en el camino para tomar aire, lo mejor es hacerlo en la Cala del Salpatx que está, aproximadamente, a mitad del recorrido. Rodeada por los acantilados de la Costa Brava, se encuentra esta cala de guijarros grises.

El cuarto día seguirá con una degustación de anchoas de L’Escala en Callol Serrats. Esta empresa familiar se dedica a la salazón de anchoas desde 1847. Después de la visita, es el momento de la degustación de pan con tomate y anchoas y vino de la zona. El postre del menú del día de hoy, es un paseo por la historia en las ruinas griegas de Sant Martí d’Empúries. Iulia Domitia o Caius Aemilius, antiguos habitantes de la Emporiae romana del siglo I dC te mostrarán en una divertida visita, como era su ciudad, como se vivía, como eran las casas, calles, plazas, mercados y templos.

Ruïnes de la ciutat romana al parc arqueològic dEmpúries. Agència Catalana de Turisme / Imagen M.A.S.

Ruinas de la ciudad romana en el parque arqueológico de Empúries. Agència Catalana de Turisme / Imagen M.A.S.

Día 5: Roses al natural

¿Has descansado bien? Porque hoy toca nadar de nuevo. Te espera un espectacular paseo acuático por la Vía Brava de Roses. El recorrido parte de la Playa de Canyelles Petites hasta la Playa dels Palangrers. Aprovechando que estás en Roses, aprovecha para darte paseo por su casco antiguo y visitar la Iglesia de Santa María. En su interior aún se conserva una parte del templo original construido en 1796. A continuación, acércate hasta el pequeño pueblo de Ventalló, conocerás de cerca la cultura del aceite, un elemento básico de la dieta mediterránea. En Serraferran elaboran el aceite a partir de la variedad de aceituna argudell, propia de la zona y modelada por la Tramontana que sopla en la zona.

La tarde estará entretenida con una  ruta en catamarán por el Parque Natural del Cap de Creus que organiza Els Blaus de Roses. Bordearás todas las calitas del parque, disfrutando de una panorámica submarina única desde la cabina sumergida del barco en la Cala Murtra. O si lo que quieres es una buena dosis de adrenalina, no dudes en probar el kitesurf en Sant Pere Pescador. El viento de tramontana convierte a la Costa Brava en un paraíso para los aficionados a este deporte trepidante. ¿Te atreves a probarlo?

Kitesurf en Sant Pere Pescador. Agència Catalana de Turisme / Daniel Julián

Kitesurf en Sant Pere Pescador. Agència Catalana de Turisme / Daniel Julián

Día 6: Portlligat, el paraíso de Dalí

Hoy la aventura empieza cuando sale el sol. Toca madrugar. Son las 6 de la mañana y te esperan en el puerto de Roses para subirte en un barco pesquero para salir a faenar. Acompañarás a un pescador profesional que te explicará el día a día de esta profesión ancestral. Por la tarde seguiremos los pasos de Dalí y Gala. Primero por tierra, descubriendo la cara más intimista del artista con una visita guiada a la Casa-museo Salvador Dalí de Portlligat. Después por mar. Surcarás la costa hasta el Cap de Creus en el mismo barco que usaban el genio y Gala en sus paseos por la Costa Brava. La ruta llega hasta otro de los rincones predilectos del artista surrealista era Cadaqués: Mas Perafita. Este alojamiento rural hará que, igual que Dalí, caigas rendido a los encantos de Cadaqués.

Portlligat

Portlligat. Agència Catalana de Turisme / Imagen M.A.S.

Día 7: Cap de Creus submarino

Si te hablan de relax pensarás en una playa desierta, praderas eternas, bosques verdes… ¿Has probado alguna vez la sensación de paz que produce el fondo marino? Te proponemos una inmersión en el Parque Natural del Cap de Creus de la mano del Centre d’Immersió Cap de Creus. Ellos proporcionan el equipo y un guía que te orientará en todo momento. Cuando te hayas submergido en el mar hasta 10 metros de mar, sabrás qué es el relax con un jardín de posidonia a tus pies y un banco de peces delante. Si la idea del submarinismo no te atrae, lo tienes fácil, coge la bicicleta y emprende la ruta circular de les Àligues. Este recorrido con salida y llegada en Llançà recorre el corazón de la Costa Brava, alcanzando el punto más elevado en el Puig de les Àligues. Aparca un momento la bicicleta y disfruta de las espectaculares vistas.

La siguiente parada es el majestuoso Monasterio de Sant Pere de Rodes de estilo románico. Un monje del siglo XII, o casi, te guiará por las estancias de monasterio benedictino y te explicará el funcionamiento de la abadía. Despedirás el día con una degustación de aceites, vinos y cocina ampurdanesa en la cooperativa Empordàlia.

Sant Pere de Rodes

Monasterio de Sant Pere de Rodes. Agència Catalana de Turisme / Nano Cañas

Día 8: Relájate con la vinoterapia en Peralada

¿Conoces las propiedades relajantes del vino? En el Hotel Peralada Wine Spa & Golf podrás rejuvenecer el cuerpo y la mente con modernos tratamientos de vinoterapia. Libera de impurezas tu piel con un peeling corporal con semillas de uva o date un baño tonificante de vino negro Merlot. Ahora que estás como nuevo, ¿qué te parece ir a comer? Hoy lo harás en un entorno atípico, entre viñedos. Es el plan que te propone la bodega Vins de Taller, en Siurana d’Empordà. Primero harás una visita a la bodega, recorrerás los viñedos, probarás sus vinos y acabarás la actividad con un picnic muy sabroso y variado.

Más tarde puedes acercarte al Museo Memorial del Exilio en La Jonquera. Es un centro de interpretación que recuerda los exiliados de la Guerra Civil. El centro está situado en el mismo paso fronterizo por donde huyeron la mayoría de los refugiados políticos que escapaban de Franco.

Hotel Peralada Wine Spa & Golf. Agència Catalana de Turisme / Tina Bagué

Hotel Peralada Wine Spa & Golf. Agència Catalana de Turisme / Tina Bagué

Día 9: Figueres desde el cielo

Retoma la ruta en el Castillo de Sant Ferran, en Figueres, una de las mayores fortalezas de sus características construidas en Europa. Bajo el patio de armas se encuentra el lugar de visitas más espectacular del monumento: recorrerás a bordo de una embarcación neumática sus extraordinarias cisternas, capaces de contener 9 millones de litros de agua. De vuelta a Figueres toca subirse  a un globo y divisar desde el cielo el extremo oriental de los Pirineos de Cataluña: el Cap de Creus, el Macizo del Montgrí y Peralada.

De nuevo en tierra, visita a la obra de Salvador Dalí: el Teatro-Museo Dalí de Figueres, que diseñó él personalmente. El museo acoge una parte importante de sus creaciones. Si te ha entrado hambre, es el momento de ponerse el delantal para participar en un taller de cocina catalana. Las recetas son deliciosas y por supuesto las probarás todas.

Día 10: La armonía cultural de Besalú

Llegamos al final del camino y lo hacemos con un regreso a los orígenes en las cuevas prehistóricas de Serinyà. Estas cavernas muestran tres yacimientos paleolíticos de Cataluña y constituyen un patrimonio arqueológico de interés internacional. Sin moverte de Serinyà, aprenderás a elaborar el licor típico de L’Empordà, la ratafía, en Mas Martís. Antes de despedir el viaje, no puedes irte sin conocer el Lago de Banyoles. Un paseo tranquilo por su aguas en kayak es la mejor manera de deshacerte de cualquier dosis minúscula de estrés que tengas, si es que aún te queda alguna.

La ruta por L’Empordà acaba en una de sus villas más emblemáticas, Besalú. Este pueblo reúne en las callejuelas medievales que configuran su entramado urbano diversos ejemplos de la convivencia entre la comunidad judía asentada en la zona a principios de la Edad Media y los ciudadanos que profesaban la religión católica.

Besalú

Besalú. Agència Catalana de Turisme / Oriol Clavera

Más información:

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La imagen de portada es en Cap de Creus. Patronat de Turisme de la Costa Brava / Josep Miquel Guasch

 

 

 

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