Las brujas del Pedraforca Berga
Hace muchos años, los sarracenos atemorizaban a las gentes del Pedraforca. Un día, después de una noche de ruidos extraños y gritos de bestia salvaje, apareció de repente un castillo sobre la cima de la montaña que parecía obra del diablo. Desde allí, los sarracenos atacaban a todo aquél que se acercase. Los aldeanos, viéndose dominados por las fuerzas del mal, empezaron a rezar un día tras otro con la esperanza que se acabase. La última noche del año, la noche de San Silvestre, una gran tormenta de rayos y truenos hundió la cima y del castillo encantado solo quedó una tartera de rocas en medio de dos puntas. Desde entonces la cima del Pedraforca tiene esta curiosa forma y se comenta que cada noche de San Silvestre se oyen gritos arriba en la montaña: son las brujas que celebran una fiesta recordando el castillo encantado.